Un poema para empezar el domingo…
Este poema tiene un par de copas de más,
cuando el Nunca Jamás dejo de ser un país,
y se convirtió en una promesa de lunes
que no puedo cumplir un viernes.
Esta rima es una invitación a la segunda ronda,
a dar la vuelta al mundo en ochenta copas,
a perder el duelo contra el desvelo,
a ponerle baterías a mis malas compañías.
Este verso es un vaso que reta a mis ganas,
cuando en el circo de las barras,
cada trago es un salto mortal doble y en las rocas,
que se ejecuta sin red,
para que nos aplauda un payaso,
que al final de la función tiene sed,
y se ve exactamente igual o peor que uno mismo.
Esta rima es la pena capital en los cigarros,
el psicólogo en mis tragos,
el político en mis finanzas,
el mal paso en las contradanzas,
el huésped que se queda,
la Absolut resaca que te espera,
el domingo que no llegó,
el escusado que no te excusó.
Esta oda esta mezclada con soda
y tiene forma de botella,
es una cualquiera que va de boca en boca,
que pone mi mano bajo su falda corta,
y me propone una noche sin ropa
que termina perdiendo la vergüenza y la elegancia,
cuando mi carro es una ambulancia,
y mi dormitorio una sala de emergencia.
Esta rima es la vida que se insulta,
el error matemático en la búsqueda de la felicidad,
la inmadurez adulta,
la casa sin hogar,
la mujer que se apuesta en un bar,
las ojeras de tu antifaz,
la nota que dejan cada vez que te vas,
el cisne que se quedo bailando en algún vals.
Este poema es tan solo otra forma de decir salud.