Ernesto Sabato
Reflexiones

Sabato

Ernesto Sabato
 

Leí “El Túnel” hace unos treces años atrás o un poco más quizá. Pero desde entonces recuerdo que me pareció y me sigue pareciendo una verdadera porquería. Leo poco, porque el poco tiempo que logro organizarme, lo dedico a vivir para aprender a escribir y a resolverme. Recuerdo que a medida que escarbaba cada página de ese libro, esperaba encontrarme con un agujero con un rótulo de “SALIDA” que me permitiera escaparme de él, porque odiaba a Juan Pablo Castel, su inseguridad y toda su existencia. Como mi mamá me enseñó a no dejar nada de comida en el plato, me devoré el libro completo y me indigesté con su trama. Desde ese entonces el nombre de Ernesto Sabato, su autor, figuraba en mi lista negra de escritores a los que no quería volver a leer jamás. Lo sé, fue algo radical e inmaduro de mi parte. No es justo, ni apropiado juzgar a un escritor tan solo por haber leído una de sus obras. Pero qué puedo hacer si soy un lector poco benevolente.

 

Supongo que van a haber especialistas de la literatura que me van a decir que justo ahí esta la genialidad de la obra. En su capacidad de hacerme sentir lo que sentí. Así que para no entrar en un debate innecesario, digamos que eso es lo único positivo de haber perdido esas horas de mi vida leyendo El Túnel. Punto.

 

De un tiempo para acá, tengo cierta obsesión buscando formas de aprovechar cada gota de tiempo de la cual dispongo, y fue por esto que en marzo del año pasado (2015) comencé un nuevo ejercicio de entretenimiento y aprendizaje a la vez. Casi todos los días, mientras conduzco hacia la oficina o de regreso a mi casa, conectó mi teléfono al radio y reproduzco en YouTube programas de entrevistas, biografías, documentales, charlas, audiolibros o cualquier otro material valioso que me permita olvidar el tráfico y sacarle el jugo a ese periodo de tiempo que para otros solo sirve para morirse un poco antes de llegar a sus destinos. Me ha resultado tan bueno el experimento, que me ha pasado en repetidas ocasiones que he querido estar unos minutos más en la cola para poder terminar algún programa que ya he comenzado.

 

Una de esas joyas que encontré y disfruté mucho fue “A Fondo”. Un programa español de entrevistas entre 1976 y 1981, dirigido y presentado por el periodista Joaquín Soler Serrano. Fue en uno de sus episodios donde volví a toparme con Ernesto Sabato. Si hay algo que disfruto de los libros (los pocos que he leído y los muchos otros que conozco por cultura general), es la vida de sus autores. Hay lecciones tan profundas e inspiradoras en sus existencias, que la genialidad de sus obras son solo la guinda en el pastel. Cada escritor tiene un sabor humano distinto y es ahí donde yo encuentro el verdadero deleite, no en las páginas de un libro que puede llegar a decepcionarme. Fue por esta razón que decidí darme la oportunidad de conocer a Ernesto Sabato. No tanto a Sabato, sino a Ernesto realmente.

 

De los treinta mil y pico de libros que él confesó haber leído en toda su vida, yo quisiera tener a mi disposición los adjetivos más exquisitos y sublimes posibles para poder describir de forma precisa en este texto lo que yo pienso y admiro sobre Ernesto. Pero me basta con un par de palabras sencillas como él, para decir: “que valiosas son para el mundo y la humanidad las personas como Ernesto Sabato.” Una vez que lo escuchas hablar, no podes volver a ser el mismo. No vale la pena volver a ser el mismo, porque el ser y existir dan para mucho más.

 

Cada entrevista, larga o breve, que he reproducido de él, ha sido como sentarme en un salón de clase donde yo soy el único alumno y frente al salón está él.

 

Ayer, 30 de abril, hace cinco años, Sabato se mudó de esta vida a la otra que él soñaba y pregonaba con su ejemplo. Y yo no podía dejar pasar esta oportunidad para escribir esto y recordarlo, porque a veces me parece que fuimos amigos. Ojalá que algún día nos topemos por una de las calles donde ahora vive y nos podamos tomar un café para charlar un rato y confesarle lo mucho que lo admiro y respeto.

 

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Borges, Guillermo Roux, Nadine Sair, Instante
Poesía, Reflexiones

Instantes ¿de Borges o Sair?

Borges-Guillermo-Roux

Este poema “Instantes” se le atribuyó a Jorge Luis Borges por mucho tiempo. Según tengo entendido, su viuda, María Kodama, se dió a la tarea por ocho años de buscar el original de Nadine Stair para desmentir tal calumnia.

 

Si pudiera vivir nuevamente mi vida.
En la próxima, trataría de cometer más errores.
No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más.
Sería más tonto de lo que he sido de hecho.
Tomaría muy pocas cosas con seriedad.
Sería menos higiénico.
Correría más riesgos, haría más viajes,
contemplaría más atardeceres,
subiría más montañas, nadaría más ríos…
Iría a más lugares a donde nunca he ido,
comería más helados y menos habas,
tendría más problemas reales y menos imaginarios.
Yo fui una de esas personas que vivió
sensata y prolíficamente cada minuto de su vida,
claro que tuve momentos de alegría…
Pero si pudiera volver atrás, trataría de
tener solamente buenos momentos,
no te pierdas el ahora.
Yo era uno de esos que nunca iba
a ninguna parte sin termómetro, una
bolsa de agua caliente, un paraguas
y un paracaidas, si pudiera volver a vivir,
viajaría más liviano.
Si pudiera volver a vivir comenzaría
a andar descalzo a principios de la primavera
y seguiría así hasta concluir el otoño.
Daría más vueltas en calesitas,
contemplaría más atardeceres y jugaría
con más niños…
Si tuviera otra vida por delante.
Pero ya ven, tengo 85 años y sé que me estoy muriendo.

 

Tuve la curiosidad de leerlo, al igual que ustedes. Al inicio no me gustó. Pero a medida que lo leía y avanzaba entre sus líneas, encontré cierta esencia que me hizo reflexionar. Supe que había algo oculto más allá de su simplicidad. Una especie de tesoro entre esos pensamientos que al masticarlos eran insípidos, pero que a digerirlos me dejaron mucha satisfacción.

 

Así que tomé el poema nuevamente. Lo desmenucé. Y encontré estos diamantes, en forma de “bucket list”, que vale la pena meter en los bolsillo para luego meditarlos tranquilamente y en silencio, con la debida seriedad del caso. Se los comparto según el orden en que aparecían en el poema:

 

  • Cometer más errores
  • No ser tan perfecto
  • Relajarme más
  • Ser más tonto de lo que he sido
  • Tomar pocas cosas con seriedad
  • Ser menos higiénico
  • Correr más riesgos
  • Hacer más viajes
  • Contemplar más atardeceres
  • Subir más montañas
  • Nadar más ríos
  • Ir a más lugares a donde nunca he ido
  • Comería más helados y menos habas
  • Tener más problemas reales y menos imaginarios
  • Tratar de tener solamente buenos momentos
  • No perderme el ahora
  • Viajar más liviano
  • Andar descalzo a principios de la primavera y seguiría así hasta concluir el otoño
  • Dar más vueltas en calesitas (carruseles)
  • Jugar más con niños

 

¿Cuántos instantes de estos hemos vivido que valen tanto la pena repetir o que podríamos llevar a cabo por primera vez? Si de algo estoy seguro, es que el mundo no es de aquellos que tienen miedo, ni de los que esperan. Tampoco es de los que callan o que tienen vergüenza. No lo digo yo. Lo afirma la historia y sus personajes que encontraron en la vida un propósito para que valiera la pena. Porque la vida, a la que nos acostumbramos y de la que nos quejamos constantemente, es tan hermosa y pura cuando le encontramos sentido. Idealmente algo que sea edificante ¿o me equivoco?

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Muhammad Ali
Reflexiones

Round 2015 – La Vejez vs. Frank Pineda

Muhammad Ali

Los finales me conmueven. Me gusta el aroma que traen las cosas que están por terminar. Eso que está cocinándose adentro del horno y que pronto saldrá para servirse caliente en la mesa, me da hambre y esperanza.

 

Cada año que se acaba es una bendición. Y este 2015 se me fue de las manos. Para mi fortuna, mañana es mi cumpleaños.

 

Seguramente debería de sentirme desdichado y deprimido porque me vuelvo más viejo y me voy quedando con las ganas de hacer muchas cosas de las que luego me voy a arrepentir por no haberlas hecho. Sin embargo, la culpa cobra intereses muy altos y el consumismo barato ya no me interesa.

 

La fruta de mi juventud pierde color y se va pudriendo un poquito más por dentro. Si abro los ojos, si me dejo crecer las ganas, si le compro un carro deportivo a mi curiosidad, si me tatúo la palabra madurez en el corazón, si le tiño las canas a mi voluntad, incluso si publico algo como esto que escribo en este momento, la gente va a pensar que estoy entrando en crisis.

 

Señores del jurado, si algo puedo decirles a mi favor, es que soy culpable. Vivo en crisis desde que nací. Cada mañana, cuando respiro, cuando veo que el mundo se va a acabar antes que yo, cuando tomo un taxi al pasado, cuando mi mujer todavía me toma la mano bajo la mesa con todas sus fuerzas, cuando soy lo que soy porque me falta valor para quemar lo que no me sirve, cuando abro un libro en cada persona que leo, cuando mi hija me ve a los ojos y encuentra migajas de nobleza, cuando mi egoísmo es la piedra en mi zapato, cuando Dios tira los dados y aun apuesta por mi.

 

Todos los días, entro en crisis. Y justamente ahí, están mis ganas de vivir. De comenzar de nuevo. De ordenarlo todo.

 

Creo que no tengo opción. Me gusta envejecer y todo lo que esto significa. Sus ofertas, sus exigencias, sus contradicciones, sus carencias, sus juventudes, sus engranajes oxidados, su poder adquisitivo, sus fantasías sexuales, sus sálvese quien pueda, sus demagogias, su paisaje en los espejos, sus insomnios y esos sarcasmos ambiciosos de los mas jóvenes e inexpertos que yo hacía mis años recorridos, sin darse cuenta que se ven mas jodidos que mi pellejo y mis ruinas. Me gusta todo. Lo disfruto tanto en cada año que se termina y en cada cumpleaños que comienzo.

 

El 2015 fue un gran round. Ni la tendinitis calcificada, ni mi inexperiencia profesional, ni las tres úlceras, ni Sabato, Platón o Cabral, ni el rencor, ni el shock anafiláctico, ni mi falta de tiempo, ni mi licencia vencida, ni Cortazar, Gelman o Borges, ni los ladrones, ni las libras perdidas, pudieron ponerme fuera de combate.

 

Aunque estuve contra las cuerdas y me caí varias veces durante la pelea, entre la vejez y las crisis, sigo de pie.

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Reflexiones

La Camisa de mi Funeral

En mi closet, la última camisa que está colgada es una de color blanco, manga larga, marca Van Heusen hecha en Honduras. Cada año, desde hace 15 años, la busco, la saco, la tiendo sobre la cama y la veo detenidamente por un rato. A veces creo que se parece tanto a mi.

 

Toda teoría parece errónea en ese momento y me es imposible resolver dos preguntas:

¿Cómo se perforan cuatro agujeros con una bala?

 

Tengo una cicatriz (en forma de rostro de alien… es en serio) en el brazo izquierdo, porque entró una bala, probablemente de calibre 22, disparada a quemarropa, dejando su rastro cuando perforó el vidrio frontal del carro, la piel, la sangre, la adrenalina, el miedo y el musculo del bíceps ¿dónde está esa bala?

 

Le doy vueltas al asunto pero me vuelvo a dar por vencido y no me queda más que resignarme otra vez:

-Quizá el próximo año tenga suerte y le encuentre una respuesta a la ecuación-.

 

Tomo la camisa para colgarla donde corresponde. Me doy la vuelta y me detengo unos minutos para decirle en voz baja como de pensamiento:

-Te quedaste sin nada ¿verdad? Sos un cuartel vacío en forma de camisa.  No sos más queun pedazo de viento que tiene la forma de mi pecho. Yo me lo llevé todo… al difunto, las ganas intensas de ser Papá, las letras, los pecados, la fiesta, el piano con su música de sístole y diástole, al truhan, al soñador profesional, la mala ortografía, las ganas de resucitar cada día, la tormenta tropical que tiene nombre y apellido, al caprichoso, la vejez, los amaneceres en forma de mujer, al magistrado corrupto de mi conciencia, la fe y sus vitaminas para seguir adelante, al más pervertido de los dos, el exceso de equipaje, la dictadura con dulzura, las tentaciones y la sonrisa de par en par que me abre mi familia. Vos permaneces ahí, como una memoria colgada en el armario del olvido. Sos esa camisa blanca que uso una vez al año para profanar al pasado y salir a bailar con esta vida tan bella que no pudiste quitarme-.

 

Hoy cumplo 15 años…

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Reflexiones

El Circo del Escritor

 

Ayer fui al Cirque du Soleil. Tenía años de no ir a un circo. Es impresionante. Lo primero que pensé fue:

-¿Qué pasaría en este circo, si supieran que mi deseo es el león y que el único payaso que nos sabe hacer reír es el amor?-
Y durante todo el espectáculo no pude sacarme de la cabeza que los escritores tienen algunas características similares y otras también diferentes con las de un circo, los artistas y sus personajes. Aquí les comparto algunas que logre escribir:

  • En cada hoja de papel que nos presentamos somos el centro de atención de la función. Afuera de ellas, somos como los demás artistas que están mostrando sus habilidades poco llamativas frente al rojo de los semáforos. Nos conocen solamente aquellos que se detienen a ponernos una moneda en la chistera para comprarnos un libro. Es sencillo, bajo la luz del día no brillamos.
  • El lleno total en cada una de nuestras funciones se da cuando las personas que nos leyeron, hacen suyas nuestras letras y no cuando vendemos más libros ni cuando se recuerdan de nuestros nombres.
  • A diferencia de los artistas de un circo, que ensayan por horas y horas para realizar un acto perfecto, a los escritores la práctica nunca nos lleva a ese estado. Nunca estamos conformes. Con suerte, logramos madurar algunos de nuestros textos. He ahí la belleza de nuestro acto.
  • El lápiz es un trapecio y cada palabra es un salto mortal. Los personajes o metáforas que ejecutamos en el aire, los hacemos sin red, sin una cama o un abrazo donde caer. Esa es la parte mortal de nuestro acto.
  • Para los escritores, sus funciones no tienen localidades como tribuna, preferencia o general. Solo existe pasado, presente y futuro y el lector siempre está en primera fila.
  • Los miedos, el desamor y la indecencia son algunos animales que forman parte de nuestro espectáculo y se mantienen salvajes para que el acto tenga mayor dificultad y por lo tanto cause mayor impresión.
  • La soledad es un acto de escapismo. Lo que no sabemos es si ella es quien se quiere liberar de nosotros o viceversa.
  • Los escritores también nos maquillamos, solo que lo hacemos en los espejos de los bares a base de desvelo para dejar unas ojeras bien delineadas con el color de la madrugada.
  • La única ovación que recibimos, es la de los aplausos que nos brindan los cubos de hielo en un vaso vacío.
  • Las musas son el cuerpo colorido y erguido del circo.
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Niño de Profesión

De niño, mi Mamá siempre me preguntaba que quería ser cuando fuera grande.
Yo no sabía por qué siempre me cuestionaba con lo mismo.
Ella pensaba que yo era muy curioso. Y yo pensaba que ella lo era aún más.

Ha pasado mucho tiempo y lo he vuelto a pensar. Creo que nunca entendí la pregunta.

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Reflexiones

Los Trapitos Sucios de la Crítica

Stefan Luchian – La Lavandera

 
En este país, el problema no es el fantasma de la desnutrición, ni los altos niveles de desempleo, ni el sistema anémico de la educación. Tampoco es problema la mano tramposa de la corrupción que nos manosea bajo la mesa. Mucho menos el abrigo sucio, mal oliente y frió de la violencia, esa que se respira con olor a miedo en las calles desde la mañana y que algunos tienen que tolerar cuando regresan a sus casas. Los tratos inhumanos en las minerías, los corazones daltónicos del racismo, la denigración que sufre la belleza del tesoro mas valioso y puro que tristemente se vende en las esquinas de la prostitución, ni la novela del narcotráfico, tampoco son el problema. No, no lo son. Siempre hablamos de ellos porque no aguantamos nada. Estas dificultades se dan en todas partes. En los países mas cultos y desarrollados. En los planetas mas civilizados, lejanos y modernos en los confines de nuestro universo. El verdadero problema, el viento en contra que no nos permite avanzar, el sargento que nos ordena a marchar en reversa, el cáncer que esta llevando este cuerpo al suelo de manera despiadada y sin control, es la gente. Si, esa que a todo intento para poder respirar le tapa la boca y la nariz para asfixiar las ganas y la motivación que está moribunda. Esa que se dedica a criticar para llamar la atención y sentirse importante. Esa que le inyecta veneno a los restos de esperanza que nos quedan, porque según la teoría, eso es lo ultimo que deberíamos perder. Esa a quien le pregunto ¿que es ser chapín? y me responden que aun soy muy pequeño para entenderlo. Esa que con grandes filosofías, armas, vivencias, universidades y frases que encuentran en los libros de grandes personajes, dicen que nos quieren hacer personas pensantes. Ante todo esto y más, lo único que siempre he pensado es… ¡su madre!

 

Yo quisiera huir. No escucharlos. No verlos. No leerlos. Pero no puedo. A mi me gustan las películas de acción. Y estoy esperando esos últimos quince minutos del guión en donde el personaje principal sale desde abajo, humilde, desde la nada y se pone la mascara que lo convierte en héroe y usa un super poder – que ni me imaginaba – para ganarle a los villanos y salvar el mundo. Yo tengo ganas de ver como las personas que están cansadas de la situación a su alrededor y de las personas como yo que solo escribimos y no actuamos, se levantan. Quiero ver como le tienden la mano a esta patria tirada en el piso y le dan un poco de vida. Porque lo que no vemos es que sobre la espalda de Guatemala ya somos muchos los que estamos encaramados y la forma mierda de pensar es lo que mas le pesa. Hagámonos un favor y ya no le volteemos la cara, no la escupamos, no nos juzguemos, si somos del mismo equipo. ¿Acaso no hablan de la misma azul y blanco en sus camisolas o se ofenden cuando deletrean mal el nombre de su país?. Yo también tengo problemas, peores o mas ralos que los de otros, pero los tengo y no me dedico a complicar las ganas de salir adelante de los demás. Yo no tengo un negocio propio, compro ropa en “paca”, ya me asaltaron y me rajaron la cabeza por tener un “frijolito”, también me abandonó mi papá, desperdicio la mitad de mi vida en el trafico todos los días, tengo deudas y no encuentro la forma de retirar a mi mamá y a mi abuela para que descansen de tantas batallas. La niña mas bonita de la escuela nunca me paró bola. Tengo hijos que alimentar y educar. En un barrio que ya ni aparece en los mapas de los libros de historia, los mas grandes y rudos me desmayaban a golpes y tenía que regresar a mi casa a llorar. Me meto el sencillo en el calcetín cuando camino por las calles para sentirme un poco mas seguro. Aprendí a encontrarle sabor a la tortilla remojada en el café repetidamente en un mismo día. De niño entraba a las piñatas a robar dulces y ahora de grande entro a robarme un trago. Además no me gusta como manejan este gobierno los herederos de la impunidad, ni lo que opinan los que tienen traumas o creen conocer de mi religión. Los impuestos son un desfalco a mis necesidades y definitivamente, lo que ustedes piensan no me parece que es correcto porque yo no pienso igual. Pero que culpa tienen ustedes, ¿verdad? Si tienen problemas mayores a los míos y es muy probable que crean que soy el culpable de los suyos.

 

Usted ha de estar pensando que esta es una critica y claro, yo se lo confirmo, si lo es. Yo soy de esa gente que critica. La que desde la comodidad que me brinda la libertad de expresión, me muestro erguido y elegante para verme irreverente, intelectual, negligente, conocedor, soberbio y sobre todo para destruir lo que no llena mis expectativas, ni mis acertadas profecías de como debería funcionar el mundo. Pero a diferencia del montón y lo barato, yo no quiero que esta opinión se vaya en blanco sin poner un ladrillo en algo que me gustaría que algún día fuera mas grande. Algo que quiero ver crecer en gente que tiene voluntad, que son arquitectos del futuro, que no esperan a que los sueños se hagan realidad, sino que se despiertan muy temprano para edificarlos. Los que quieren opinar con respeto. Los que no ven el punto negro en la hoja en blanco. Esos que no hablan de la guerra que ya dolió, ni de una historia pasada, porque lo que quieren es construir una desde el presente. Los que piensan que cuando se hacen las cosas sin palabras, deben ser los hechos los que se encarguen de contarlas. De esos hablo yo, de los que si actúan. No de los que pintan con quejas y carencias las paredes de la ciudad y las redes sociales. Esos que tienen la boca grande como un lobo, pero que son carentes de manos como las aves carroñeras.

 

Me gustaría tanto que las personas que piensan mas bonito y responsable que yo, se dedicaran a enseñarnos a los demás como se construyen las cosas, pero con propuestas, no con pensamientos llenos de polillas y resentimientos. Todos esos revolucionarios de mente brillante, esos intelectuales de corazón, que pudieran encender una luz en este cuarto oscuro donde todos permanecemos sentados. Si a ustedes esto no les interesa, dejen que los demás que aún creen lo intenten una vez mas. Déjenlos que se equivoquen en otro intento fallido de despertar, de asumir, de metamorfosis o como le quieran apodar. Pero a ellos déjenlos jugar. Permitanles experimentar. Igual, ya no hay nada que perder. Como ustedes mismos dicen, en este país ya todo esta perdido, ¿verdad?

 

Aquí les dejo mi critica, con algunas faltas de ortografía. Para que cuando la analicen, le encuentren un error y la escupan. Aunque les confieso, que prefiero que me enseñen a escribir y me ayuden a mejorar mi redacción.

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Reflexiones

Boceto de Libertad y Respeto

 “Flower Bomber” – Banksy

 

“Vive y deja vivir”, “En los gustos se rompen géneros”, “Libertad de expresión” y no se cuantas líneas mas podría citar sobre el derecho y el respeto que se debe tener sobre las satisfacciones y placeres personales que cada individuo tiene, porque al final de cada jornada “sobre los gustos no hay nada escrito”… esto es solo un intento. Quiero que quede claro que esto es solamente un boceto.

 

El alma es liberal y sus emociones son instintivas y naturales. El gusto es sinónimo de entretenimiento y crecimiento interno de quien lo vive. El respeto, debería de ser un sentimiento similar para el espectador. Los gustos no son un requisito para ganar una competencia, ni deben usarse para ofender a quienes no los comparten. Criticar esta bien, cuando se hace para crear una reflexión saludable o un debate constructivo. Juzgar es tarea de los impertinentes. Imponer es de dictadores. La opinión debe servir para mostrar la elegancia de nuestra intelectualidad y tolerancia, no para lucir un atuendo sucio de mediocridad y antipatía. El mundo esta cansado y la sociedad ya esta suficientemente manchada de violencia y resentimiento para que nosotros seamos parte de este escenario.

 

Decidamos que hacer con nuestra vida. Dejemos que los demás decidan que hacer con la suya. Lo hermoso de respetar los gustos y creencias de los demás, es que nos da tiempo y espacio para disfrutar lo que nosotros elegimos libremente. La belleza estética de la libertad de expresión se aprecia mejor cuando se maquilla con respeto, no con soberbia y desprecio.

 

Si sos seguidor de la mejor religión, si apoyas al mejor partido político, si escuchas la mejor música, si le vas al mejor equipo, si ves las mejores películas, si lees los mejores libros, etc., disfrútalo todo sin molestar a los que no tienen tus mismos gustos. O aprende a compartirlos con ellos educadamente y quizas hasta te podas encontrar con una sorpresa muy agradable.

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Roma Arde en Llamas y en Guatemala ya no es Primavera

Hoy el cielo amaneció llorando y es culpa de todos. De los que votaron y de los que no; de aquellos que tomaron al toro por los cuernos, que cruzando los dedos se fueron a las mesas de votación en busca de la esperanza que le pudiera maquillar con tinta una sonrisa duradera al rostro tan triste que tiene esta mujer tan bonita que se llama Guatemala. Y de los que se quedaron en sus casas, que continuaron con su rutina de un Domingo cualquiera, donde los compromisos familiares o curarse de un sábado de tragos en exceso siempre es primero y de los que abuchearon a través de las redes sociales a los que se habían levantado temprano con aires de ciudadanos responsables para cumplir con sus obligaciones de una vez cada cuatro años con la patria. Es culpa de todos.
En esta segunda vuelta, se disputaba una lucha épica y vulgar entre un partido rojo, un partido naranja y un partido formado por el resto de filósofos, superhéroes, idealistas, aguafiestas, herejes, artistas, quijotes, dictadores, fanfarrones, alcohólicos, fresas, chamanes, discípulos, columnistas, fulanos y cualquieras, piratas, hippies, repatriados, redes socialistas y demás profesionales y funcionarios privados sin título.

 
De los dos primeros partidos todos conocimos sus “slogans” (“Mano dura, cabeza y corazón”, “Solo el pueblo salva al pueblo”, etc.). Pero este último partido de las masas era único. Su filosofía era diferente, revolucionaria, fresca, irreverente, pop, cuasi-acertada… y muy muy variada. Frases como: “Ninguno de los candidatos me convence!”, “Sino votan, no tienen derecho a quejarse en los próximos cuatro años de gobierno”, “Es imposible elegir entre el sida y el cáncer para mi país”, “Hoy voy a cumplir con mi obligación cívica como ciudadano orgulloso de mi país que soy”, “No solo por votar, soy mejor ciudadano/guatemalteco”, “No pienso dar mi voto entre un asesino y un narco!”, “Yo voto nulo y así muestro mi inconformidad!”, etc., etc., etc. El listado podría ser más extenso y ofensivo, así que dejémoslo aquí.

 
Personalmente me considero un principiante (ignorante jamas! Pues esta vez si me recuerdo de los colores de algunos partidos – como olvidarlos!) en toda esta materia de la política. Nunca he votado. Además en este país no puedo votar (soy extranjero domiciliado) y nunca antes me había interesado todo este rollo porque yo de grande quiero ser poeta. Sin embargo, aprendí unas cuantas cosas en este mi primer año de acercamiento político:

 

  • Creo que todos deberíamos de votar. Si, aunque sea entre el sida y el cáncer. Pensemos un poco en que enfermedad va a ser menos dolorosa para los últimos días de este país. Esto nos ayuda a ser un poco más analíticos y quizás hasta le encontremos una cura. Es necesario informarse de las opciones que están sobre la mesa y no por medio de campañas negras o comentarios vacíos y del pasado que leemos o escuchamos en cualquier parte, de personas resentidas y sin preparación. O con la preparación errónea. Si no les gusta la analogía de las enfermedades terminales, pensemos que el periodo electoral es una cita con el psicólogo de parejas, en donde debemos asistir cada uno de nosotros y nuestro amor eterno… el gobierno. Es la oportunidad de poder expresarle a nuestra “pareja” que cosas nos gustan y que cosas no. Si nos quedamos callados, con un voto nulo, en el tema de darnos a entender, nos quedamos tal cual… nulos. Segun nuestras leyes, los votos nulos se tiran a la basura (lean la Constitución y me corrigen de ser necesario). Una buena relación necesita mucha comunicación y hay que hacernos escuchar y entender de una forma clara. Quizás esta charla de pareja no funcione pensaran algunos, pero vale la pena intentarlo o no? O es que no quieren salvar su relación? Yo sé, no es que esto solucione todo el problema, pero es muy probable que esto sea parte de la solución.
  • Cada cabeza es un mundo. Y cada cabezota es un mundote. Dicho esto, yo entiendo que todos pensamos y queremos cosas distintas, pero creo que es necesario que aprendamos a formar parte de un mismo equipo. En lugar de mostrar nuestra “cultura” elevada y estudiada con insultos retrógrados hacia los demás y resentimientos que ni si quiera nos corresponden tener porque no son de nuestra epoca, pongámonos la misma camiseta. Yo sé que suena trillado, pero creo que va a ser imposible que todos halemos esta carreta al mismo lugar si unos tiran para el Norte y otros para el Sur. Seguramente, cuando entendamos esto, vamos a pasar de ser bueyes a ser patriotas de verdad.
  • Una vez un cubano me dijo que Fidel había dicho algo como: “Siembra educación y cosecharas hombres.” Y me hablo de que un pueblo sin educación está destinado a ser un país subdesarrollado por mucho, mucho tiempo. Creo que ni vale la pena ahondar en este punto. Lo que si les puedo decir es que no solo necesitamos el apoyo inteligente de un sector “estudiado” para darle un rumbo acertado a nuestro país y su gobierno, sino el de todos los sectores, incluyendo aquellos donde se venden voluntades y decisiones a cambio de una bolsa solidaria, materiales de construcción o unos cutos. Basados en esta necesidad, han surgido distintos movimientos cívicos que buscan crear conciencia en la juventud sobre la importancia de participar en los procesos electorales. Pero hay que recordar que también es necesario que se creen estrategias para poder llegar a todos esos sectores urbanos donde hace falta el carácter y la preparación para hacer una elección razonada y no comprada. Este proceso requiere tiempo y mucho compromiso. No seis u ocho meses antes de las elecciones. Si ayer se terminó el periodo electoral, hoy debería de comenzar este proceso de evangelización ciudadana.
  • Este es un resumen entre el primer punto y el segundo. No sé si tiene algo que ver con la democracia… pues aun no sé a ciencia cierta qué significa eso. Pero lo que si les puedo confirmar, es que nunca va a existir un gobierno perfecto. Y tampoco van a existir ciudadanos cien por ciento patriotas que estén dispuestos a dar su vida o su tiempo por la madre patria. Pero damas y caballeros, lamento informarles que según lo platicado en este artículo, el gobierno y el pueblo caminan juntos. Si, hasta que la muerte o una visa en el extranjero nos separe. 
    Así que en la parte que nos corresponde como ciudadanos, no basta solo con votar. Ser ciudadano es de todos los días… es un uniforme y una forma correcta de caminar. Debemos entender que las reglas son aquellas que están puestas sobre la mesa, no las que proponemos a través de favores a escondidas debajo de ésta. Pidámosle al cielo que no nos permita caer en la tentación de convertirnos en uno de esos mentirosos que van por las calles orgullosos de haber tenido la oportunidad de no pagar los impuestos, las multas, los ciento cincuenta pesos que al mesero se le paso cobrar en la cuenta de anoche. Evitemos criticar, si no estamos dispuestos a aportar para edificar algo mejor. Porque criticar es bien fácil, sino mírenme a mí, tomándome la libertad de escribirles esto.

 

Guatemala solo hay una. Y es de todos. Así que hagámonos un favor… crucemos los dedos para que este próximo gobierno saque un conejo del sombrero y nos sorprenda.

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Reflexiones

Yo También Puedo Ser Social

No pude evitar darme cuenta de todas las especies que habitan en las redes sociales. Y es muy probable de que ustedes las hayan visto también, pero no se han detenido por un momento a clasificarlas, porque quizás les da miedo darse cuenta que uno forma parte de ese ecosistema.

 

Estoy seguro que mas de alguno de ustedes conoce a aquel que en persona no dice ni una palabra, que parece que ni respira, ni parpadea, pero en un blog, o en un twit o en su muro, se maneja una retórica que ya quisiera tener un político. O van a decir que no conocen a aquel que es un almanaque de frases celebres? o al otro que pide un S.O.S. disfrazado en un comentario existencialista o vulgar para que por favor alguien le aplauda? Así con complejo de Jaime Bayly diría yo. O al que le pide consejos de vida a Chabelo o a Maradona? Y no digamos el que publica cada 0.000000005 segundos sus actividades de vida… es obvio que su rutina tiene que estar documentada de tal forma, porque sino la especie humana se perdería en la historia. O también están aquellos que lo saben todo! Todo, todo, todo! Son un Google con vida pues! Vaya… y los que se hacen fan de cualquier cosa “Fulanito de tal se hizo fan de cómo dormir boca abajo en un sarcófago de vampiro del siglo XVIII ”.

 

Pero bueno, dejemos a un lado este intento de humor negro que no tengo, pongámosle un poco de rima consonante y empecemos esta oda al medio “socialismo” digital, porque en resumen lo que yo quiero contarles es que me he dado cuenta que yo también puedo ser muy sociable:

 

Entre modelos caseros que hacen de un perfil su pasarela
entre emprendedores sin profesión que me llevan a la escuela
entre artistas fulanos y músicos urbanos
entre filósofos repetidos y familiares desconocidos
a mi también Me Gusta ser comercial.

 

Entre paparazzi que le dan mala fama a mi inmadurez
entre comentarios de un amigo que ahora parle français
entre pecadores que se curan en el confesionario de sus aliados
entre milagros que se buscan en los titulares matutinos de algún status
a mi también Me Gusta ser parcial.

 

Entre columnistas amarillistas que cambian controversia por piedad,
entre aplausos dosificados que aclaman los insultos a la creatividad
entre altruistas que salvan al mundo a costa de mi consciencia
entre motivadores personales que le dan vitaminas a mi existencia
A mi también Me Gusta ser sustancial.

 

Entre brujos del clima
entre almas sin cortinas
entre sicarios en los comentarios
entre muebles imaginarios
entre nómadas con visa
entre urgencias sin prisa
entre Romeos vendiendo Julietas
entre Evas sin pantaletas
entre el buzón de mis mañanas
entre el funeral de las semanas
entre fiestas al purgatorio
entre el desvelo con insomnio
entre doctores de la cordura
y dietas contra la locura
yo también puedo ser social.

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Reflexiones

Instructivo – Aprendiendo a Hablar

Abro el menu y elijo “Comunicar”. Trato de entender la situación. Basado en este análisis, pongo el texto correcto donde dice “Abrir la Boca” y hago click en “Hablar”. Lo que se tiene en mente que no aporta nada constructivo al contexto de la situación, se deshecha. Podemos repetir los pasos del instructivo, las veces que consideremos convenientes.

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