Como si el veterinario se robara a mi mejor amigo,
como si ya no perdiera los pelos tu abrigo,
como si la luna fuera de leche en las rocas
y las 7 vidas fueran tan pocas.
Como si estuvieran de fiesta los ratones,
como si te extrañaran las gatas en los balcones,
como si la noche le maullara a tu sombra
y tus suelas ya no bailaran en mi alfombra.
Como si le buscara tres pies a la vejez,
como si la fuerza de mi gravedad te dejara caer al revés,
como si ya no tuviera besos para bañarte
y mis tristezas ya no vinieran a arrullarte.
Como si tu concierto ya no fuera en mi cocina,
como si en mi casa ya no rondara un policía,
como si ya no tuviera cuerda ese motor,
y solo tu ausencia ronroneara en mi corazón.
Como si tu cola no me sonriera en la soledad,
como si mi llegada ya no fuera novedad,
como si esta cat-astrofe no afectara al sistema,
y tu siesta la tomaras en los tejados de este poema.
A Misho, que más que ser un gato en una casa, fue un pedacito del corazón de una amiga.
Dedicado a Misho, el amigo, el aliado y confidente de Maria José Camacho. Que suerte que los gatos también van al cielo.
Cuando los animalitos se convierten en parte de uno ¿verdad?